Fecha de la visita: 16 de diciembre de 2019
- Global 4
- Comida 5
- Servicio 2
- Ambiente 5
Al momento de entrar la Hostess nos ofreció varias opciones de mesas para escoger, lo que me pareció muy amable (antes no había pasado esto, nunca!)
Al llegar no tuvimos que esperar, teníamos reserva, otro punto a favor, otras veces nos ha tocado esperar aún teniendo reserva!
El servicio como siempre REGULAR, el mesero olvidó mandar nuestro Main course, tuvimos que esperar acerca de 20min., sólo se acercó y dijo que ya la comida venía en camino pero aún así esperamos unos 15mins después de eso! También nos dijo que estábamos pidiendo DEMASIADA comida, con ese énfasis y la verdad quedamos súper bien, un poco llenos pero nada excesivo!
Pedimos una botella de vino, el sommelier parecía no estar muy seguro de algunas preguntas que le hicimos, pero nos hizo una recomendación y nos gustó, en precio-calidad, muy buena elección!
Al final de la cena, mi acompañante botó el vino que quedaba en su copa y la copa cayó al piso y se quebró, y en vez de decir que todo estaba bien, limpiar y preguntarle si deseaba otra copa, fueron recogieron todo de la mesa, limpiaron y nos hicieron sentir, por la actitud, que nos estaban tratando como NIÑOS que ya estaban “pasados de tragos”!
Por la comida, excelente, todo en su punto, el flat bread de bienvenida siempre delicioso!
Nosotros pedimos el Carpaccio, los Beets, las ostras al grill, el pollo para dos y el tartare de atún, con el vino y la cuenta fueron alrededor de 350$ Nada “accesible”!
Me encanta Dirty French por la comida, pero el servicio es lo que siempre me hace querer ir menos y menos veces! Pase de ir al menos 6 veces al año e incluso celebrar mi cumpleaños y algunos eventos especiales ahí, a ir 1-2 veces al año! Es muy triste porque la calidad de la comida es excelente pero el servicio cada vez siento que es peor!